Llegó el verano, Palma Palmilla se llena (aún más) de niños y gente en la calle, de agua, mangueras, de vida… aprovecho para editar, leer y seguir escaneando fotografías de amigos y vecinos que hablan del pasado de sus vidas.
Pienso agradecida en todos estos meses de Distrito. Sigo trabajando y viviendo los días y sus calles como si fuera ayer el primer día que decidí cruzar «el puente». Tengo la sensación de que me falta tiempo para llegar a todos los que he conocido, volver a verlos, recontar sus historias, fotografiar esos detalles que guardé en mi cabeza, Palma Palmilla es infinita…
¡BENDITO VERANO!
No puedo, nada más, que admirarte…